Eu quero caminar pela praia
com meus pés na água do mar
Eu quero ficar com você na areia
sim nada em que pensar
Que ninguém me procure
nem eu procure ninguém
só a gente e o perfume
das ondas ao romper
miércoles, 30 de enero de 2008
María Domecq, de Juan Forn
María Domecq, para mí, fue la confirmación del gran escritor que es Juan Forn. Había leído Nadar de noche, su libro de relatos, con el que me animé a salir un poco del ámbito de la novela. Y no me arrepentí. Por eso no dudé en leer su nuevo libro. Basada en la propia historia de Forn, es una búsqueda azarosa del autor/personaje en el pasado familiar, siguiendo el rastro de su bisabuelo, el general Bustos Domecq, y su posible vinculación con la ópera Madame Buterfly. La intención inicial se transforma cuando Forn entra en coma, víctima de una pancreatitis que lo obliga a modificar sus hábitos, y conoce a María Domecq.
Con una prosa que fluye al ritmo de los variados acontecimientos de esta historia –que es varias en una–, y con el plus de saber algo más de la vida del autor (su profesión, su entorno familiar), la novela no cansa nunca: de la historia del Japón a la Guerra de la Triple Alianza, de la infancia de Forn a su situación actual, va y viene del pasado al presente, sin dejar cabos sueltos.
M.M.
Con una prosa que fluye al ritmo de los variados acontecimientos de esta historia –que es varias en una–, y con el plus de saber algo más de la vida del autor (su profesión, su entorno familiar), la novela no cansa nunca: de la historia del Japón a la Guerra de la Triple Alianza, de la infancia de Forn a su situación actual, va y viene del pasado al presente, sin dejar cabos sueltos.
M.M.
jueves, 3 de enero de 2008
Memorias de una Geisha II
Dejé pasar un subte aunque venía semivacío, y me senté a esperar. Nunca había hecho algo así, me limitaba a que las cosas ocurrieran, sin provocarlas. Pero la atmósfera bajo tierra me daba confianza. Entonces apareciste, con una media sonrisa en los labios, como adivinándolo todo.
Te esperaba y sin embargo me sobresalté. No supe qué decir. ¿Qué se dice cuando está todo dicho? Traté de justificar mi presencia allí: "Voy a una fiesta de disfraces". Era cierto, pero me pareció una mentira. No me acuerdo qué más dije ni que me respondías. Estábamos cerca y el movimiento del vagón era dulce. Imaginé cómo sería un beso, sin animarme a darlo.
El momento pasó y nos depedimos, ya en la calle, con la promesa de un encuentro.
M.M.
Te esperaba y sin embargo me sobresalté. No supe qué decir. ¿Qué se dice cuando está todo dicho? Traté de justificar mi presencia allí: "Voy a una fiesta de disfraces". Era cierto, pero me pareció una mentira. No me acuerdo qué más dije ni que me respondías. Estábamos cerca y el movimiento del vagón era dulce. Imaginé cómo sería un beso, sin animarme a darlo.
El momento pasó y nos depedimos, ya en la calle, con la promesa de un encuentro.
M.M.
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