María Domecq, para mí, fue la confirmación del gran escritor que es Juan Forn. Había leído Nadar de noche, su libro de relatos, con el que me animé a salir un poco del ámbito de la novela. Y no me arrepentí. Por eso no dudé en leer su nuevo libro. Basada en la propia historia de Forn, es una búsqueda azarosa del autor/personaje en el pasado familiar, siguiendo el rastro de su bisabuelo, el general Bustos Domecq, y su posible vinculación con la ópera Madame Buterfly. La intención inicial se transforma cuando Forn entra en coma, víctima de una pancreatitis que lo obliga a modificar sus hábitos, y conoce a María Domecq.
Con una prosa que fluye al ritmo de los variados acontecimientos de esta historia –que es varias en una–, y con el plus de saber algo más de la vida del autor (su profesión, su entorno familiar), la novela no cansa nunca: de la historia del Japón a la Guerra de la Triple Alianza, de la infancia de Forn a su situación actual, va y viene del pasado al presente, sin dejar cabos sueltos.
M.M.